La primera misión fue en la parroquia de San Roque, en la ciudad de Buenos Aires. El ministerio fue intensivo porque muchos Oblatos planeaban misiones tanto en Argentina como en Uruguay. Pasó mucho tiempo sin que la congregación ocupara otras parroquias y ofreciera sus servicios en varias escuelas, educando a miles de niños, adolescentes y jóvenes. Hoy los Oblatos viven y trabajan en las ciudades de Buenos Aires, Ituzaingó, Castelar, Córdoba y Río Cuarto.

Fundados por el venerable Padre Pío Bruno Lanteri, los Oblatos de la Virgen María son una Congregación de sacerdotes y ermitaños que viven el carisma del fundador con el apostolado de los Ejercicios Espirituales, cooperando con el clero local, difundiendo la fe a través de los medios de comunicación y las redes sociales, predicando el Evangelio en sus diversas misiones y obras y, sobre todo, ayudando a formar a los laicos.