Inspirado en el cristianismo, este grupo se compromete a dar prioridad, a lo largo de sus estudios, a un auténtico camino de fe que integre cuatro aspectos: una vida de oración -intimidad con Dios, llegar a ser espiritual-, compromiso personal -con y para los demás-, tiempo de enseñanza -para aprender y profundizar-, y vida comunitaria. -en la Iglesia nunca estás solo ni aislado-. Encontramos Un lugar especial para escuchar y acoger la Palabra de Dios. Una de las muchas formas de responder a las expectativas de los jóvenes en busca de sentido, verdad y vida comunitaria evangélica. Un lugar de discernimiento para comprender mejor la propia vida, su valor único e insustituible y su papel en el mundo que estamos construyendo. Esta experiencia cabe perfectamente en un año de estudios y requiere un deseo real de vivirla con intensidad y verdad. No se trata de ser «ya perfecto» o de ser un «supercatólico», sino de querer emprender una verdadera «zambullida» en el corazón de Dios y de la Iglesia, como respuesta a una llamada sentida. Esto significa estar disponible para la misa dominical y para una reunión durante la semana con los demás miembros del grupo.